Yo sabía que era un riesgo, Julia tenía compromiso pero parecía no importarle. La invité a Madrid para estar unos días y ella me respondió invitándome a París. Si me hubiera correspondido la invitación, yo todavía estaría construyendo un dolmen a su memoria.
Según el plan trazado meses antes, cenaríamos en el restaurante de Tulio que está por el Paseo del Prado y caminando la llevaría al parque Berlín, ahí enfrente, le compraría un ramillete de gardenias que tenía visto con el florista Garrido.
Todo hubiese sido posible con el sí dicho por sus labios, el mundo entero, bueno, mi mundo -pequeño o grande- lo tendría completo a sus pies.
Según el plan trazado meses antes, cenaríamos en el restaurante de Tulio que está por el Paseo del Prado y caminando la llevaría al parque Berlín, ahí enfrente, le compraría un ramillete de gardenias que tenía visto con el florista Garrido.
Todo hubiese sido posible con el sí dicho por sus labios, el mundo entero, bueno, mi mundo -pequeño o grande- lo tendría completo a sus pies.
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Paseo del Prado, Madrid España |
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